LA DIETA MEDITERRÁNEA

Desde hace ya algunos años se habla mucho de la dieta mediterránea. Pero realmente sabemos ¿en qué consiste y cuáles son sus beneficios?
¿Cuáles son sus beneficios?
Ø  Evita la obesidad y las enfermedades cardiovasculares ya que ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
Ø  Es un aliado contra la diabetes debido a que una alimentación rica en hidratos de carbono complejos y aceite de oliva hace que los niveles de glucosa de nuestro cuerpo se regulen.
Ø  No hay que olvidar que es una dieta rica en antioxidantes debido a la cantidad de vitaminas y polifenoles que contienen los alimentos que se ingieren. Esto evitará un envejecimiento prematuro de las células.
Ø  La ingesta de aceite de oliva y grasas omega 3 previene la aparición de cáncer de mama y de colon. Además de aportarnos un bienestar general, ya que son dos reguladores de nuestro organismo que participan activamente en la eliminación de residuos y toxinas del organismo.
Ø  Hasta el alcohol, tomado de manera moderada, es un buen aliado para evitar enfermedades cardiovasculares.
Pero, ¿en qué consiste la dieta mediterránea?
Ø  La alimentación mediterránea, rica en verduras, hortalizas, fruta fresca y frutos secos, legumbres, pescado, derivados del trigo y aceite de oliva, se considera un tipo de alimentación muy saludable y equilibrada.
Ø  Para facilitar el equilibrio alimentario es conveniente realizar entre tres y cinco comidas al día que se complementen entre ellas.
Ø  El desayuno es una comida decisiva en el equilibrio alimentario, pero debe ser completo, con:
Ø  Lácteos: leche, yogur, queso …
Ø  Cereales: pan, galletas, cereales de desayuno…
Ø  Fruta fresca: entera, troceada, zumos…
Ø  La comida y la cena deben ser comidas complementarias, y hay que evitar la repetición de alimentos y preparaciones.
Ø  El consumo de vino es opcional, únicamente para adultos, tomado con moderación durante las comidas y en el contexto  de una alimentación equilibrada.



En la alimentación diaria, deberíamos…
  • Potenciar el consumo de frutas, verduras y hortalizas.
  • Incluir más a menudo las legumbres y los frutos secos.
  • Priorizar el consumo de pescado, y moderar el de carnes, especialmente las más grasas. El huevo es una buena alternativa a la carne o al pescado.
  • Tener en cuenta que alimentos como el pan, la pasta, el arroz y las patatas son básicos.
  • Escoger, siempre que sea posible, el aceite de oliva, tanto para cocinar como para aliñar.
  • Priorizar el agua ante otras bebidas.

Unos buenos hábitos alimentarios y una actividad física regular incrementan nuestro nivel de salud.

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