Hace tiempo que tenía ganas de escribir un artículo sobre esas preguntas que me hacen muchas mujeres sobre alimentación, cuando están embarazadas.
Son muchos los mitos que circulan sobre lo que pueden y no pueden comer las embarazadas y hoy quiero aportaros un rayito de luz sobre el tema.
Como todos los mitos, tienen una parte de realidad pero todo está sujeto a pequeños matices que son los que se deben tener en cuenta.
A continuación os dejo las preguntas más habituales que me llegan a la consulta:
Paté se puede comer, pero debes tener en cuenta que si el paté está hecho con hígado, no debes comerlo.
El hígado contiene demasiada vitamina A en forma de retinol, una sustancia que en cantidades abundantes puede dañar a tu bebé.
Mientras estás embarazada debes evitar también otros tipos de paté, como los elaborados con verduras y pescado, para reducir el riesgo de listeriosis, a menos que vengan enlatados o lleven la etiqueta UHT (proceso de temperatura ultra alta, por sus siglas en inglés).
El salmón es un pescado muy sano y recomendable para consumir durante el embarazo, ya que aporta proteínas y antioxidantes, buenos para el crecimiento del bebé, pero sobretodo ácidos omega 3, imprescindibles para la salud de articulaciones, ojos y cerebro.
Los ácidos grasos Omega 3, como el DHA y el EPA, son muy importantes tanto para la salud de la embarazada como para el desarrollo del bebé. El ácido graso DHA estimula el crecimiento del cerebro, incorporándose a las nuevas células del sistema nervioso que el bebé produce cada minuto. Por su parte, el ácido EPA que también contiene el salmón refuerza la función del corazón y ayuda a prevenir la inflamación de las articulaciones que puede surgir durante el embarazo.
El salmón salvaje contiene más cantidad de ácidos grasos omega 3 que el de piscifactoría, por lo que es mucho más recomendable para consumir durante el embarazo.
A la hora de consumirlo se recomienda rehogarlo para que quede bien cocido el salmón, pero no seco, y se conserven la mayor parte de propiedades.
Aunque el salmón cocinado es muy rico y recomendable durante el embarazo, no pasa lo mismo con otros formas de tomar el salmón. Así, por ejemplo, no es recomendable tomar salmón ahumado, ni paté de salmón durante el embarazo, ya que podrían contener la bacteria de la listeriosis y causar problemas en el transcurso del embarazo.
Si la futura mamá se contagia de toxoplasmosis durante el embarazo, puede llegar a ser muy perjudicial para el feto. Los síntomas de la toxoplasmosis, incluso, pueden pasar desapercibidos o confundirse con un resfriado o una gripe leve: ligera hinchazón de los ganglios del cuello, fiebre, dolor de garganta, dolores musculares y cansancio. Suelen aparecer dos o tres semanas después de la infección, pero la toxoplasmosis puede incluso no presentar síntomas.
Las mujeres embarazadas que han dado negativo al toxo-test y, por tanto, corren el riesgo de contraer una toxoplasmosis, deben evitar completamente el consumo de embutidos crudos, o curados, como jamón serrano, el chorizo, etc., mientras que sí pueden tomar embutidos cocidos, como jamón de York, la pechuga de pavo y la mortadela.
Por su parte, las mujeres que han dado positivo al toxo-test pueden comer cualquier tipo de embutido, puesto que ya no corren riesgo de contagiarse de la enfermedad.
Como veis todo radica en las bacterias y no en los alimentos. También es importante indicar que no hay que coger pánico a comer este tipo de alimentos ya que si éstos han pasado los oportunos controles sanitarios no tienen por qué dar problemas.
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