Hoy quiero hablaros de uno de los granos que más de moda
está: la quinoa.
Este grano forma parte de la comida básica del altiplano
Perú-Boliviano-Argentino y algunos otros países latinoamericanos como Ecuador
desde hace más de 5.000 años.
Hasta hace unos años era difícil encontrar quinoa y ni tan
siquiera sabíamos lo que era.
Actualmente, el empleo de este pseudocereal está siendo
incorporado en muchas dietas debido a sus beneficios entre los que destacan
la alta cantidad y calidad de su proteína.
También contiene elevadas cantidades de fibra, hierro, calcio,
vitaminas del complejo B y vitamina E. Su contenido
en antioxidantes polifenólicos también es alto, además, debido a su
alto contenido en almidón (51-61%) puede ser utilizado para la producción de
harina.
La quinoa tiene un bajo índice glucémico, lo que la haaace
ideal para personas con diabetes o que desean adelgazar comiendo
sano. También es de gran ayuda para controlar los niveles de
colesterol en sangre, ya que su fibra y sus lípidos insaturados favorecen
el perfil lipídico en el organismo.
Tampoco contiene gluten por lo que tiene gran interés para
las personas celíacas y aquellas que tiene alergia al trigo.
También es importante resaltar que la quinoa contribuye
a revertir el estreñimiento dado su alto contenido de fibra
insoluble, y puede ser de gran utilidad en la dieta de
personas vegetarianas, ya que posee una elevada proporción de proteínas y
también, es buena fuente de hierro de origen vegetal.
Cómo cocinarla?
Es importante hacer un lavado previo de las semillas,
frotándolas suavemente con las manos, bajo el agua, de manera que se quite la
capa de saponinas que recubre las semillas (estas proporcionan un sabor
amargo). No debemos remojar, sino lavar y
enjuagar. Posteriormente hervimos tal como si fuera arroz, durante
15 a 20 minutos o hasta que se abra la semilla. Colamos y listo para usar.
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