Esta
semana FAROS Sant Joan de Déu nos recordaba lo importante que es la
alimentación para prevenir resfriados, catarros y gripes.
Muchas de las
enfermedades respiratorias comunes que sufren los niños durante los meses de
frío se producen por una gran variedad de virus, y aparecen por contagio, que se
propicia por una bajada de defensas más que por las condiciones meteorológicas.
Los niños menores de 5
años son los que más se contagian, y lo hacen de forma repetida, de media entre
3 y 5 veces al año.
Como la mayoría de
estas enfermedades están originadas por virus no se tratan con antibióticos, a
menos que se sospeche que el origen es bacteriano. Estos virus siempre están
presentes, pero cuando bajan las temperaturas se producen más aglomeraciones de
personas tanto sanas como enfermas, como por ejemplo en las clases. En el caso
de los niños, tienen un sistema inmunitario por sí solo menos preparado para
hacer frente a este virus.
Por este motivo, es
muy importante proteger y fortalecer el sistema inmunitario de los pequeños, y la alimentación es un factor clave para
reducir resfriados y otras enfermedades típicas de las estaciones más frías.
Alimentación
durante los meses de frío:
Así pues, la
alimentación diaria de los niños necesita un aporte de vitaminas y minerales,
que en esta época del año a menudo es insuficiente por la disminución del
consumo de frutas y hortalizas crudas. Aparte de los alimentos propuestos a
continuación, cabe destacar que los cereales integrales son una fuente muy rica
y completa de minerales y vitaminas, y normalmente gustan bastante los niños.
1. Vitaminas
El déficit de algunas
vitaminas puede debilitar nuestro sistema inmunitario y aumentar las
probabilidades de que los niños se resfríen.
Es por ello que es muy
importante darles una alimentación equilibrada variada con una carga vitamínica
adecuada.
2. Alimentos
ricos en lisina, un aminoácido que no produce el organismo
La lisina es un
aminoácido esencial que contribuye a aprovechar de forma óptima los alimentos,
produciendo más energía y favoreciendo un fortalecimiento del sistema
inmunológico.
Como el organismo no
la produce, la lisina se debe obtener de alimentos diariamente. Algunas fuentes
ricas en lisina son las proteínas de origen animal, como la carne, los lácteos
y los huevos. También la encontramos en las legumbres.
3. Probióticos
Los probióticos
también son de gran importancia para tener un sistema inmunológico fuerte.
Estos se pueden encontrar en alimentos como algunas leches fermentadas: yogures
o quesos
4. Minerales
como el hierro y el magnesio
El hierro y otros
elementos similares intervienen en el buen funcionamiento de la respiración,
estimulan el sistema inmunitario y la resistencia física. Es un mineral
muy importante en edades tempranas, ya que la deficiencia afecta al
comportamiento del niño, así como al proceso de aprendizaje. Las mejores
fuentes de hierro son las carnes,
pescados y huevos. También alimentos vegetales como legumbres, cereales
integrales y algunas verduras como las espinacas. Hay que tener en cuenta que
el hierro de los alimentos de origen vegetal se absorbe en menor proporción,
aunque se puede favorecer si se consume junto con alimentos ricos en vitamina C
como cítricos y algunas verduras y hortalizas.
Otros consejos
Es importante que
padres y madres revisen el menú infantil escolar de su hijo, para poder
encontrar un equilibrio en la alimentación. Para cualquier duda se recomienda
consultar con un/a dietista-nutricionista.
En general, debemos
seguir la norma de "5 al día", que consiste en introducir en la
dieta tres piezas de fruta al día y dos platos que incluyan verduras.
En los meses de frío,
no hay que dejar de tomar productos fríos o crudos, ya que nutricionalmente
mantienen mejor la composición de vitaminas antioxidantes, como la vitamina C,
pero sí es cierto que apetecen platos más calientes como la sopa. En este caso,
es un buen plato, ya que aporta mucho líquido y cuando un niño está resfriado y
tiene mucosidad se deshidrata mucho.
Va bien, pues, beber caldo, infusiones y
agua. Deberían evitarse las sopas grasas, y consumir en su lugar sopa de
verduras con un poco de pasta, pollo o pescado, por ejemplo.
Si
seguimos estos consejos se lo ponemos más difícil a virus, bacterias y “otros
enemigos” que están al acecho en estos días de frío!
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