Aprovechando que esta semana ha sido el día mundial contra
el cáncer me gustaría escribir un artículo acerca de la relación entre nuestra
alimentación y el cáncer.
Lo cierto es que los alimentos que comemos, las cantidades y cómo se cocinan establecen las bases de una dieta equilibrada, que pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer y mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo sufren.
Son muchos los artículos, opiniones o comentarios en los que
se habla de curar el cáncer
cambiando la alimentación.
Sinceramente, permitidme mostrar mi escepticismo frente a
este tema. Quizá el problema se halla en utilizar la palabra curar cuando la
correcta sería prevenir.
Una vez que te han diagnosticado cáncer, los alimentos no te
lo van a curar por si solos, sí que existe una explicación científica para afirmar que
variar la alimentación puede ralentizar su crecimiento pero de ahí a curar…
He oído hablar de tratamientos milagrosos como dejar de
comer prácticamente de todo porque las células malignas se nutren de los
alimentos y si no alimentamos estas células malignas el tumor no crece y
desaparece.
Son bulos
infundados, realmente la alimentación nos puede ayudar a luchar contra
el cáncer pero estamos hablando siempre de prevención nunca de curación.Lo cierto es que los alimentos que comemos, las cantidades y cómo se cocinan establecen las bases de una dieta equilibrada, que pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer y mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo sufren.
Hay muchos estudios que demuestran la capacidad de ciertos
alimentos para prevenir enfermedades como el cáncer y otros tantos que
demuestran la relación entre una dieta excesiva en un determinado alimento como
las grasas o carnes rojas y la posibilidad de sufrir un determinado tipo de
cáncer.
aquí os dejo un Link de un artículo anterior donde os hablo de esos alimentos que ayudan a prevenir:
Otros estudios demuestran una relación directa obesidad-cáncer, por lo que prevenir la obesidad sería otra forma de luchar
contra esta enfermedad. Aunque, cierto es, que esta relación entre obesidad y
cáncer tampoco se puede considerar 100% causa-efecto, ya que hay otros factores que influyen,
pero lo demostrado científicamente es
que una alimentación variada reduce las posibilidades de enfermar.
Respecto a la alimentación una vez has recibido un
diagnóstico de esta enfermedad:
Es importante mantener unos hábitos de vida
saludables y modificarlos si es necesario, pero no porque vaya a curarte el cambio de
alimentación directamente, sino porque se necesita que el cuerpo esté
alimentado correctamente para combatir la desnutrición y el deterioro inmunitario (bajada de defensas)
provocados por el tratamiento o la propia enfermedad.
Por ello se concibe la alimentación como parte del
tratamiento de esta enfermedad, pero no debe ser el único tratamiento; la
calidad de vida, la prescripción médica y el tratamiento médico son
fundamentales para vencer esta enfermedad.
Finalmente, sustituir los alimentos no es la única
prevención que debemos realizar, hay otros hábitos como la forma de cocinar
(intentando que sea lo más sana posible) y el sedentarismo (reducción estrés, ejercicio
y vida saludable) que no ayudarán con la prevención de esta enfermedad.
Desde este blog os animo a que os planteéis realmente si
necesitáis realizar un cambio en vuestros hábitos, no sólo de alimentación si
no de vida en general para prevenir enfermedades como estas en el futuro.
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